Cada tipo de marisco ofrece beneficios únicos, y algunos son especialmente recomendados por sus propiedades nutricionales. Los camarones, por ejemplo, son bajos en calorías y altos en antioxidantes, como la astaxantina, que protege contra el envejecimiento prematuro. Su contenido de vitamina D también contribuye a la salud ósea.
Los mejillones son una excelente fuente de hierro, un mineral crucial para el transporte de oxígeno en el cuerpo, y además contienen vitamina B12. Las ostras, por su parte, son conocidas por su alto contenido de zinc, esencial para el sistema inmunológico y la piel. También son ricas en vitamina C, algo poco común en alimentos de origen animal.
Las almejas y el pulpo también destacan: las almejas contienen ácido fólico y hierro, beneficiosos para la salud sanguínea, mientras que el pulpo es una gran fuente de taurina, que protege el hígado y mejora la función cardiovascular. Estos mariscos, cuando se integran en una dieta equilibrada, contribuyen significativamente a la salud general del organismo.